En el pintoresco pueblo de Montejaque, se encuentra situada en las inmediaciones de la recientemente reformada iglesia, esta casa ha sido meticulosamente renovada, incluyendo su tejado.
Al adentrarse en la planta baja, se revela un espacio acogedor y cálido. El salón principal irradia calidez gracias a la presencia de una chimenea de forja, que se convierte en el corazón de la vivienda. La cocina, cuidadosamente construida, combina funcionalidad y estilo, dotando al espacio de un aire rústico que se fusiona perfectamente con la esencia del pueblo. Un dormitorio íntimo y un baño completo completan esta planta, brindando comodidad y practicidad.
El encanto se extiende al patio, donde se encuentra otro baño, esta vez con un toque antiguo que añade carácter y nostalgia al conjunto. Este espacio al aire libre proporciona un oasis privado, perfecto para disfrutar de las agradables noches.
Subiendo a la planta superior, nos encontramos con una gran habitación diáfana que respira amplitud y luminosidad. Las vigas de madera que cruzan el techo y el suelo original de madera crean una atmósfera acogedora y auténtica. Este espacio se presta a diversas posibilidades, desde convertirlo en un estudio artístico hasta destinarlo como un segundo dormitorio.
Además, un trastero y una terraza completan esta maravillosa vivienda. La terraza, se convierte en el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la tranquilidad que ofrece el entorno.
En resumen, esta casa en Montejaque no solo es un refugio acogedor, sino también se entrelazan en una armoniosa combinación de historia, confort y belleza. Contacte con Domus para más información.